viernes, 10 de julio de 2009

Mujer, caracola de la tierra


Descubrí sus letras al mismo tiempo que el teatro entraba a mi vida como un regalo del destino que nunca me cansaré de agradecer. En ese entonces yo tenía 14 años y comenzaba a soltarme el cabello, ya conocía al más grande de mis desamores y había dejado de usar lentes pues una de mis compañeras había tomado a bien empujarme en el balcón haciéndolos caer desde el tercer piso.

Fue justamente en este período cuando oí el primer"me gustas cuando callas porque estás como ausente"y comencé a leerlo, enamorándome poco a poco de cada palabra para creer ilusamente que era a mí a quien le escribía desesperado a falta de tiempo para celebrar mis cabellos, ávido de mi risa y mi cuerpo desnudo, tan simple como la palma de su mano.

Muchos me preguntan que porqué me gusta tanto y contrario a lo que pudieran pensar la respuesta es no: no soy necrófila. Mi teoría es que entiendo su manera de sentir o tal vez es que ahí encuentro todo el romanticismo que nunca tendré en la vida real. Afrontémoslo, me equivoqué de siglo para esto de las relaciones porque por más que yo lo desee nadie va a venir a poner su saco para que mis pies no toquen los charcos, ni voy a encontrar rosas en mi balcón....

Así que supongo que siempre puedo imaginar que soy la caracola terrestre de los apasionados versos de Neruda, que los cien poemas de amor o sus convicciones políticas se quedaron quietos para que yo los encontrara y los alabara al sonarme tan conocidos, ¿saben que Neruda tiene un poema sobre sus frustraciones como escritor? Cuando lo leí, sonreí como tonta al enterarme que le desesperaban las reglas de la puntuación y lo estricto de la gramática. Me hace sentir un poco mejor que hasta él tuvo crisis alguna vez en cuanto a sus letras y sus posibilidades de trascender con ellas.

Sé que Pablo Neruda era un hombre feo, sumamente apasionado, convencido y colérico, y aun cuando hace muchos años que dejó este mundo, lo cierto es que lo amo con una locura que solo unos cuantos viciosos de la lectura podrían comprender. Algún día iré a Chile y conoceré sus casas, debo hacerlo antes de morirme, para poder sentir en carne propia toda su esencia que de seguro tuvo que haberse quedado impregnada en los hogares que él conoció.

Por él, cada mañana pido paz por los crepúsculos que vienen y amo sinceramente el amor de los marineros que besan y se van. A veces sucede que me canso de ser hombre y de mi mano derecha que sólo quiere escribir Rosario, atrapada en la eterna ilusión de llegar a escribirle al amor que se hace sobre el pan y las uvas. Sólo en sus libros encuentro una furia y una pasión que se asemeja a la mía sin temor a equivocarme, y quien me conoce sabrá que no estoy exagerando: esta manera de sentir y vivir me caracteriza completamente.

Vuelvo a mis páginas antes de dormir porque sólo así puedo continuar creyendo que esta fantasía de poetas puede ser real y que al menos alguien cree que yo podría ser una reina. Nadie ve mi corona de cristal, nadie mira la alfombra de oro rojo que piso donde paso, pero él (sin saberlo) me ha nombrado su reina.


Anabel.

4 comentarios:

  1. Creo que, realmente... este es mi favorito!
    Siempre me ha gustado como escribes(:

    Atte. Sofi

    P.D. jajaja me encanta que dice "anónimo" y pongo mi nombre xD

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  2. Qué bien escribes! No había descubierto su blog..

    Felicidades!!!

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  3. Ey, da gusto leerte. Por aquí nos vemos.

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