lunes, 11 de mayo de 2009

Alguien que me salve!

A los mexicanos nos gusta ganar, pero nos gusta mucho más perder. Nada como ver el mundial, llegar a los penales y volarla. Nada como "caer con la cara al sol", nada como jugar como nunca pero perder como siempre. Nada como poner la confianza de todo un país en el pie derecho de Luis García y ver cómo nos traiciona volando el balón a las gradas.
¿Se acuerdan de aquella guerra en la que el maldito, bastardo, poco hombre, cara dura, huevotibiolamebotasjotazo de Santa Ana nos vendió a los gringos por migajas, después de que nuestros compatriotas, unos chavales bondadosos todos ellos, le otorgaron el poder de una manera totalmente generosa y desprendida?. Claro que se acuerdan, el cuento está en todos sus libros de la SEP.
La realidad de la historia, como lo prueban las memorias personales de U.S. Grant(Él no trabajaba para la SEP) , es que el territorio nacional estaba segmentado y muy centralizado, o sea, para que me entiendan, que afuera del DF no existían más que Cactus, por lo que la invasión gringa fue cosa de risa y el tratado de “venta” de territorio se firmó en condiciones en la que Santa Anna no podía más que firmar o mantener un sitio en pleno chilangolandia peor que los que organizaba el Peje en sus buenos tiempos, de manera indefinida.
O sea que el Sana Ana o coopelaba o cuello. Pero claro que esa historia está bien chafa. Ya no hay conspiraciones, así ya no somos víctimas de la injusticia de aquellos en los que confiamos, así ya nomás nos fregó uno más grandote por idiotas y listo. Pero claro que así es muy aburrido, eso no vende libros y la SEP necesita vender montones.
Claro que los mexicanos también somos gandallas. La frontera norte del país es mucho más ruda que la frontera sur, y es mucho más complicado ser un guatemalteco en México que un mexicano en EU. Los mexicanos también fregamos gente, pero es mucho más difícil identificarse con esta parte de nosotros, porque es mucho menos trágica y nos otorga una responsabilidad que no queremos asumir.
El asunto se repite en todo: Es bien sabido que los méndigos españoles vinieron a darles en la madre a los pobrecitos indios. “Llegaron y nos chingaron” le encanta decir a la gente. Cortez es el malo y Cuauhtemoc el bueno. Los mexicanos nos sentimos indios, ah pero que nadie se atreva a decirnos indios porque nos ardemos… somos como una quinceañera que no sabe lo que quiere, pero cree que se ve bien llorando.
En fin que había que hablar de “guilty pleasures” el día de hoy y yo creo que este califica casi como deporte nacional, nada más bonito que hacerse la víctima para un mexicano. Nada más sensual que el orgullo de saber que lo tuvieron a uno tres horas esperando en la fila de gobierno y decir “pues no hay de otra, así nos tocó vivir”.
Pero ah… no se engañen, así no nos tocó vivir, así nos gusta vivir. La próxima vez que les falten pantaloncitos (o faldas) para decir “NO” o “Así no se hacen las cosas” y se vayan con la cola entre las patas, no digan “pobrecito de mi”, digan “soy un mariquita”, se sentirán menos bien consigo mismos, pero serán más fieles a la verdad.

4 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo. El punto es: responsabilidad que no queremos asumir, autoresponsabilidad.

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  2. Cortéz se escribe con s y aaaa como me hizo reir lo de los cactus aajajajaja

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  3. jaja me gust'o vedder! me gusto! y me hizo reir! ( sorry no tengo acentos en este teclado gringo!)
    y espero que tu si hayas aprendido a decir
    NO a las drogas (o lo q droga represente pa ti)

    wendy R

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  4. Como los niños héroes.

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